Su función, además de hidratar, es brindar un factor de SPF apto para soportar las altas temperaturas, el viento y demás factores climáticos que repercuten directamente en el estado y luminosidad de esta área tan importante de nuestra cara.
Al aplicar todos los días un bálsamo con factor de protección solar puedes evitar quemaduras y prevenir agrietamientos o descamación. Otra de las ventajas es que puedes encontrar diferentes texturas óptimas para utilizar debajo del labial con el que te maquillas habitualmente.